Pequeñas cosas que
las personas felices hacen diferente
o
Optimismo: ¿Y si vieras
un vaso medio lleno en vez de medio vacío? Diversos estudios prueban que una
persona más propensa al optimismo encara la vida con mayor ligereza, mirando
hacia las dificultades como oportunidades para crecer y aprender, y no como
obstáculos.
o
Pensar menos: pensar menos
no implica dejar de ser racional. Sólo es pensar menos al mirar a la vida,
observar los detalles y pormenores, pero no hacer todas las ligaciones posibles
e imaginarias entre ellas; perdiendo tiempo, determinación y ganas de hacer
cualquier cosa. Pensar en lo que da felicidad y placer. Analice las
situaciones, pero no pierda todo su tiempo pensando.
o
Gratitud: ¿Cuántas
veces nos paramos a pensar en agradecer lo que tenemos en nuestra vida? Pocas,
¿verdad?. Bastan 5 minutos al día para pensar, sentir y agradecer lo que es
bueno y nosotros tenemos, y que nuestra sonrisa se dibuje en la cara.
o
Gentileza: ayudar a
alguien de forma desinteresada, sólo porque sí, es una manera de sentirnos
extraordinariamente bien. Y, ¿por qué? Porque practicar actos de simpatía
además de liberar serotonina (sustancia liberada por el cerebro con efectos
beneficiosos para la salud), nos hace sentir bien no sólo con nosotros mismos,
si no también con los de nuestro alrededor.
o
Dar valor a los amigos: envíe un
mensaje de buenos días o buenas noches a personas queridas y se sentirá mejor.
Va a hacer que la persona que lo recibe sonría y su relación con ella se
fortalezca. El ser humano es un ser social, al que le gusta sentirse parte de
una comunidad. Júntese más veces con sus amigos y muéstreles el valor que ellos
tienen (y siéntase más feliz).
o
Objetivos definidos: cuando
establecemos objetivos para nuestra vida, sean a largo o corto plazo, y nos
comprometemos con ellos, no tenemos otra solución que no sea hacer todo lo
posible para cumplirlos. Además de hacernos sentir que tenemos un propósito de
vida, la felicidad y bienestar que se siente al cumplirlos es tan grande, que
compensa todo el esfuerzo realizado.
o
Cuerpo sano, mente sana: cuide de su
cuerpo y sea más feliz. Si no lo hace, su energía física no estará en forma e
influenciará de forma negativa a su energía mental, emocional y espiritual. Al
hacer ejercicio, se reducen sus niveles de cortisol (sustancia producida por el
cuerpo que puede provocar estrés, rabia, ansiedad y miedo) y aumenta la
producción de endorfina, serotonina y dopamina (sustancias que reducen la
sensación de incomodidad, dolor y ansiedad).
Por último y no menos importante: SONRÍA